Canarias y las Academias de Bachillerato (1940-1975)

Por Oswaldo Izquierdo Dorta. Doctor en Filología Románica, catedrático de Lengua y Literatura Españolas en Institutos de Bachillerato, inspector de Enseñanzas Medias y profesor tutor de la UNED. Miembro de la Real Sociedad Económica de Amigos del País de Tenerife.

Los estudiantes palmeros han disfrutado de una dilatada tradición de enseñanza secundaria privada gracias al Colegio Santa Catalina, qué durante 67años posibilitó los estudios de este nivel y los de Magisterio en Santa Cruz de La Palma, y los acercó al resto de la isla. Este centro, creado por el Ministerio de Fomento en 1867, gracias a las intensas gestiones realizadas por la Real Sociedad Económica de Amigos del País y al desvelo de dos relevantes palmeros, Valeriano Ferraz Ferraz y Faustino Méndez Cabezola, inició su largo y fecundo recorrido en 1868 y realizó, desde esa fecha hasta 1934,una función similar a la que llevó a cabo el Colegio San Agustín en Las Palmas de Gran Canaria. Elevado a la categoría de Instituto libre de Segunda Enseñanza en1869, empezó a funcionar como tal el curso siguiente, y así se mantuvo hasta 1875,año en el que, como consecuencia de la Restauración borbónica ,retornó a su originaria condición de centro privado, dependiente del Instituto de La Laguna y, por tanto, de la Universidad de Sevilla, cabeza del distrito universitario. Durante todo el tiempo que el Santa Catalina funcionó como colegio, los alumnos que se preparaban en él, como los pocos que lo hacían en su propio pueblo, por enseñanza doméstica, modalidad habitual hasta los años cuarenta del pasado siglo, o con la ayuda de profesores particulares, eran examinados por un tribunal del instituto de La Laguna: en junio se desplazaban los profesores a La Palma y en septiembre los alumnos a Tenerife. En1931, gracias a las reiteradas gestiones del Cabildo y al empeño del político palmero Alonso Pérez Díaz, se crea el primer instituto de la isla y tercero de Canarias, siendo ministro de Instrucción Pública Marcelino Domingo. Las clases del instituto se iniciaron, en 1932, en un noble edificio del siglo XIX–hoy desaparecido–, situado en la calle Real, frente a la Casa Salazar.

Fuente: EL DIA 9 julio de 2016.

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